martes, 1 de agosto de 2017

OBITUARIO

Cinco recuerdos para Sam Shepard

El artista estadounidense fue actor, dramaturgo, cronista y director. Una vida dedicada a contar historias. 
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lun jul 31 2017 18:00
Era uno de esos que trabajaban mucho. En sus 73 años de vida alcanzó a escribir cerca de 40 obras de teatro, actuar en más 50 películas y alguna que otra serie de televisión. 
Hombre de letras y teatro, supo sacarle muy  buen partido a su facha para lucirse en la pantalla grande y chica. Aunque nunca fue un galán con muchos protagónicos —era tal vez un poco "intelectual" de más para eso— en el cine, sí tuvo muchos papeles secundarios donde casi siempre se destacó con un estilo algo parco, intenso y que exudaba confianza y seguridad.

Tal vez por eso fue durante años un representante de la virilidad y masculinidad en el cine, tal como antes lo habían hecho John Wayne, Robert Mitchum y otros.

Pero también se destacó escribiendo y tuvo una vida agitada, con sexo, drogas y rock&roll. Acá, cinco recuerdos a Sam Shepard
1. Su papel en Elegidos para la gloria (1983), por el cual estuvo nominado a un Oscar: 
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2. Su relación con la actriz Jessica Lange. Estuvieron 27 años juntos, tuvieron dos hijos y nunca se casaron. Se conocieron en la película Frances (1982) y volvieron a actuar juntos en Cosechas de ira (1984)
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3. El estreno de Niño enterrado en Montevideo (2012), en el Teatro El Galpón con dirección de Sergio Pereira. La obra fue galardonada en 1979 con un Premio Pulitzer.
4. Su participación como el patriarca de los Rayburn en la saga familiar Bloodline, producida por Netflix
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5. Su crónica sobre la gira "Rolling Thunder Revue", de Bob Dylan, plasmada en el libro Rolling Thunder: Con Bob Dylan en la carretera.
Bob Dylan y Sam Shepard dialogando. Atrás, Allen Ginsberg
NOTICIAS DE HOY

JEANNE MOREAU

Una mujer de su época, una actriz enorme, una leyenda

A los 89 años murió la estrella del cine francés que revolucionó su tiempo.
Jeanne Moreau. Foto: Difusión
FERNÁN CISNERO01 ago 2017
Hay mujeres del cine que se vuelven símbolos de su época. Por ejemplo el neorrealismo tendrá siempre el rostro de Anna Magnani, una mujer fuerte capaz de enfrentar la ocupación nazi hasta el nivel del martirio como hizo en Roma ciudad abierta.
A Jeanne Moreau le bastó una carrerita vestida con ropas de hombre y mostacho pintado para convertirse en la musa de la nouvelle vague, el revolucionario movimiento del cine francés de fines de la década de 1950. La escena de Jules et Jim, la segunda película de Francois Truffaut, define una manera de hacer cine, sí, pero también una manera de ser mujer. A veces las películas sintetizan cosas así de importantes, así de permanentes.
Moreau, que además de actriz fue directora y cantante, falleció ayer a los 89 años. Es despedida con honores de reina de la cinematografía.
"Supo escaparse de las categorías donde se la quiso encasillar demasiado rápido —la seductora frívola, la mujer fatal— para abrazar otros géneros y otros registros", señaló la presidencia francesa en un comunicado, en el que destacó además la "libertad constantemente reivindicada de Moreau al servicio de las causas en las que creía, como mujer ardiente de izquierdas, siempre rebelde ante el orden establecido y ante la rutina".
Tenía una presencia firme pero a la vez sensual principalmente ese rostro que siempre parecía esconder un secreto. Eso y su capacidad como actriz la convirtió en la preferida de los grandes directores.
"Hacer películas no es más una manera de actuar: es una manera de vivir", le dijo en 1965 a Cahiers du Cinema, la gran revista de la nouvelle vague.
Orson Welles la definió como "la mejor actriz del mundo" y para Jean Renoir (con quien trabajó en 1971) era "probablemente la actriz que más admiro".
Había nacido en París el 23 de enero de 1928, de padre francés y madre británica, comenzó a estudiar para ser maestra, pero, pese a la oposición familiar, se decidió por la interpretación. Fue admitida en la prestigiosa Comédie Française a los 19 años, y su primer personaje destacado sobre las tablas le llegó en 1950 con Les Caves du Vatican, donde encarnaba a una prostituta.
Su filmografía es un verdadero canon de la historia del cine: trabajó con todos los grandes directores. La primera película de Moreau que se estrenó en Uruguay fue Pigalle de André Berthomieu en 1952; la última Camille rebobina en 2012.
En esos 60 años, Moreau se puso a la orden de Louis Malle (Ascensor para el cadalso, su primer gran película, en 1957; Los amantes; El fuego fatuo; Viva María donde también estaba Brigitte Bardot); Truffaut (Los 400 golpes, Jules y JimLa novia vestida de negro); Peter Brook (Moderato cantabile, por la que ganó en Cannes); Michelangelo Antonionio (La noche), Roger Vadim (Las relaciones peligrosas), Jean Luc Godard (Una mujer es una mujer), Orson Welles (El proceso,Campanadas de medianoche), Joseph Losey (EvaEl otro señor Klein); Luis Buñuel (Diario de una camarera); Rainer Fassbinder (Querelle), Agnes Varda (Sin techo, sin ley, Las 101 noches), Win Wenders (Hasta el fin del mundo), Theo Angelopoulos (El paso suspendido de la cigüeña) y Manoel de Oliveira (Gebo y la sombra).
Además dirigió tres películas: Lumière, en 1976, LAdolescente, en 1979, y el documental Lillian Gish, en 1983, sobre la estrella del cine mudo a la que Truffaut dedicó La noche americana.
Y todo eso con el peso de ser la musa de la "nouvelle vague", una categoría que compartió con Anna Karina y, en menor medida, Brigitte Bardot. Pero lo suyo superó la coyuntura: fue una de las actrices francesas más premiadas de la historia.
Moreau recibió el León de Oro de Venecia a toda su carrera en 1992, el Oscar de honor en 1998 y el Premio Cinematográfico Europeo del Festival de Berlín y el Premio Donostia Europeo del de San Sebastián en 1997. También ganó un César a la mejor interpretación en 1992 por La vieille qui marchait dans la mer, de Laurent Heynemann, un César de Honor en 1995 y el Súper César de Honor en 2008.
Y a eso hay que agregar la Orden francesa de las Artes y las Letras, la Orden Nacional de la Legión de Honor, la Orden Nacional del Mérito y el haber sido la primera mujer académica de Bellas Artes en la historia de Francia.
Moreau se casó en 1949 con el cineasta francés Jean-Louis Richard, con quien tuvo a su único hijo, Jérôme, y del que se divorció un año después, y tras una breve unión con Teodore Rubanis se volvió a casar en 1977 con el también director William Friedkin.
Su vida sentimental estuvo protagonizada además por numerosas relaciones, entre las que destacan la que mantuvo con Malle, el diseñador Pierre Cardin, Miles Davis, Truffaut y Tony Richardson.
"He seducido a muchos hombres. Siempre me incliné por hombres con talento. No tuve amantes por tenerlos", llegó a decir la intérprete, a la que los medios franceses recuerdan como una mujer libre e independiente.
Libre e independiente es la actitud que transmitía cuando se ponía a correr entre dos amigos y les ganaba y la que lo celebraba con una sonrisa tan franca como todos alguna vez quisimos tener. Moreau fue una de las grandes mujeres de un cine francés que ha estado repleto de grandes mujeres.
"La gente (especialmente las mujeres) se preocupa tanto por el envejecimiento", dijo cuando tenía 70 años. "Pero te digo que parecés más joven si no te preocupás por eso. Porque más allá de la belleza, el sexo, la excitación, la superficie, hay un ser humano. Y eso tiene que emerger". Ella siempre lo consiguió.

TRES ROLES IMPORTANTES DE MOREAU.

Una actriz sin igual - La más grande de todas.

Moreau ha sido una de las más grandes figuras del cine francés, si no la mayor, a la que muchos siguen considerando todo un icono de la nouvelle vague.

El ascensor para el cadalso - Louis Malle.

En este clásico del cine negro francés de Luois Malle (1958), Moreau interpretó un papel que repetiría muchas veces a lo largo de su carrera: el de fría mujer burguesa. En la película de Malle (primera de cuatro colaboraciones) era una esposa infiel que planea la muerte de su marido. Pero luego del crimen, el amante queda atrapado en el ascensor.

Jules Et Jim - Francois Truffaut.

Jeanne Moreau fue la protagonista femenina de esta mítica película que François Truffaut dirigió en 1961 donde se narraba la historia de un peculiar menage a trois a lo largo de varias décadas. La actriz trabajó dos veces más bajo las órdenes de Truffaut, en la premiada Los cuatrocientos golpes (1958) y La novia vestía de negro (1967).

La noche - Michelangelo Antonioni.

Una noche de lluvia da pie a una reflexión sobre la incomunicación en la pareja presentada a través de tres personajes: Giovanni (Marcello Mastroianni), su esposa Lidia (Moreau) y la joven Valentina (Monica Vitti). Moreau interpreta a la fria esposa de un escritor que siente que su matrimonio está terminado, tras verlo besar a la joven Lidia

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