Emmys: El triunfo de las nuevas formas de ver
The Handmaid’s Tale es la primera ganadora como mejor drama producida para internet.
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EN BASE A THE NEW YORK TIMES Y EL PAÍS, ESPAÑA
Martes, 19 Septiembre 2017
Era inevitable que en algún momento un servicio de streaming ganara un Emmy a mejor drama. Pero nadie esperaba que el primero fuera Hulu. Su adaptación distópica de The Handmaid’s Tale ganó el domingo el premio más prestigioso de la televisión estadounidense.
Aunque Hulu —un servicio de streaming creado por The Walt Disney Company, NBC, Time Warner y Fox— tiene un presupuesto de programación más limitado que Netflix y Amazon, Handmaid’s es la primera producción de un servicio de streaming en conseguir una victoria como mejor drama. Elisabeth Moss, la Peggy Olson de Mad Men, finalmente ganó su primer Emmy por su retrato de Offred en la serie.
El éxito de Handmaid’s llegó durante una ceremonia decididamente política. Saturday Night Live también arrasó en los Emmy, ganando la categoría de Mejor show de sketch y variedades por primera vez en más de dos décadas.
Aunque Hulu —un servicio de streaming creado por The Walt Disney Company, NBC, Time Warner y Fox— tiene un presupuesto de programación más limitado que Netflix y Amazon, Handmaid’s es la primera producción de un servicio de streaming en conseguir una victoria como mejor drama. Elisabeth Moss, la Peggy Olson de Mad Men, finalmente ganó su primer Emmy por su retrato de Offred en la serie.
El éxito de Handmaid’s llegó durante una ceremonia decididamente política. Saturday Night Live también arrasó en los Emmy, ganando la categoría de Mejor show de sketch y variedades por primera vez en más de dos décadas.
Los protagonistas del programa barrieron con los premios a actores secundarios de comedia con reconocimiento para Alec Baldwin por su retrato del presidente Donald Trump, y Kate McKinnon, quien hizo de Hillary Clinton y el Procurador General Jeff Sessions, entre otros.
Trump estuvo en el centro de la ceremonia. Desde el escenario de los Emmy, fue invocado una y otra vez usualmente para atacarlo. “Quiero agradecer a Trump por hacer que los negros seamos llos números uno en la lista de los más oprimidos”, dijo Donald Glover al aceptar uno de sus dos premios por la comedia Atlanta.
En su monólogo de apertura, Stephen Colbert delcaró que la historia más grande del año en televisión fue Trump y luego presentó a un invitado sorpresa, el exsecretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer.
La victoria de Handmaid’s es un golpe para Netflix que gastó millones vendiendo sus programas a los votantes del Emmy y una vez más se fue sin el mejor drama a pesar de que tenía casi la mitad de los nominados en esa categoría. La serie, además, es la única que no se puede ver en Uruguay ya que el servicio de Hulu está limitado a Estados Unidos y Japón.
Trump estuvo en el centro de la ceremonia. Desde el escenario de los Emmy, fue invocado una y otra vez usualmente para atacarlo. “Quiero agradecer a Trump por hacer que los negros seamos llos números uno en la lista de los más oprimidos”, dijo Donald Glover al aceptar uno de sus dos premios por la comedia Atlanta.
En su monólogo de apertura, Stephen Colbert delcaró que la historia más grande del año en televisión fue Trump y luego presentó a un invitado sorpresa, el exsecretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer.
La victoria de Handmaid’s es un golpe para Netflix que gastó millones vendiendo sus programas a los votantes del Emmy y una vez más se fue sin el mejor drama a pesar de que tenía casi la mitad de los nominados en esa categoría. La serie, además, es la única que no se puede ver en Uruguay ya que el servicio de Hulu está limitado a Estados Unidos y Japón.
MIRA TAMBIÉN
Una ganadora que Uruguay aún no conoce
Netflix no consiguió ninguno de los los premios principales para The Crown, House of Cards, Stranger Things y Master of None, todas apuestas muy potentes para ser coronado como el nuevo titán de la producción de televisión. Stranger Things se quedó con los cinco premios que había ganado en los Emmy técnicos la semana pasada. Lo mismo le pasó a Westworld, la gran apuesta de HBO este año en drama. Solo cinco premios técnicos, ninguno este domingo.
GANADORA
Un regimen feo
The Handmaid’s Tale es la adaptación de una novela feminista y distópica de la canadiense Margaret Atwood (acaba de reeditarse en español como El cuento de la criada) publicada en 1985. Ya tuvo una adaptación cinematográfica en 1990 dirigida por Volker Schlöndorff que en Uruguay se estrenó como Entre la furia y el éxtasis. Atwood estaba ayer en la ceremonia y subió con el equipo a recibir el premio a mejor drama; fue saludada con una ovación.
Es una historia ambientada en un futuro no muy lejano cuando una autocracia gobierna Estados Unidos. Una de las primeras medidas del régimen es sacarle todos los derechos a las mujeres. Y en un mundo donde las tasas de natalidad cayeron estrepitosamente debido a una epidemia de enfermedades de transmisión sexual, se genera una casta de criadas fértiles que son violadas por los integrantes de la elite para mantener su clase. Las connotaciones a la coyuntura política estadounidense son más que evidentes.
Es una historia ambientada en un futuro no muy lejano cuando una autocracia gobierna Estados Unidos. Una de las primeras medidas del régimen es sacarle todos los derechos a las mujeres. Y en un mundo donde las tasas de natalidad cayeron estrepitosamente debido a una epidemia de enfermedades de transmisión sexual, se genera una casta de criadas fértiles que son violadas por los integrantes de la elite para mantener su clase. Las connotaciones a la coyuntura política estadounidense son más que evidentes.
Además de Moss, en el elenco están Joseph Fiennes y es una creación de Bruce Miller, un veterano de la televisión estadounidense, responsable entre otras de Medium, aquella serie con Patricia Arquette. The Handmaid’s Tale es su primer gran proyecto.
MÁS DE LA GALA
Otros premiados
Veep (HBO) es, de nuevo, la mejor comedia del año. Un golpe de autoridad en un momento en que competía con dos rivales que venían con una forma totalmente distinta de hacer comedia en televisión, Atlanta (FX) y Master of None (Netflix). El premio sabe a homenaje para el equipo de David Mandel, que logró mantener el altísimo nivel de la serie tras la partida de su creador, Armando Ianucci. Julia Louis-Dreyfuss, las protagonista de Veeptambién hizo historia de la televisión: recibió el octavo Emmy como actriz y el sexto por el personaje de la vicepresidenta Selina Meyers.
Este año era especialmente lustrosa la lista de miniseries. Una batalla de altísimo nivel entre Big Little Lies, The Night Of y Feud: Bette y Joan. La ganadora absoluta fue Big Little Lies, un thriller de grandes mujeres con un reparto asombroso. Las dos productoras y protagonistas de la serie, Nicole Kidman y Reese Witherspoon, iluminaron la gala al recibir el premio como productoras. Ambas fundaron su productora para “poner a las mujeres al frente de las historias y darles la oportunidad de contar sus historias”. Ambas estaban nominadas a mejor actriz principal. Se lo llevó Kidman, posiblemente la mayor estrella de una noche que celebró sus lujos y certificó esta nueva era en la manera que vemos televisión.
POLÍTICA
Trump estuvo en el centro de algunas bromas
El conductor Stephen Colbert ha venido liderando una ola anti-Trump todo el año lo que le dio una impredecible victoria en los ratings y no hizo nada diferente en el monólogo de apertura de los Emmy.
Colbert dedicó una gran parte de su monólogo al presidente, declarando que el presidente fue la más grande historia de la televisión del último año. En un giro sorpresivo, Colbert invitó al escenario a Sean Spicer, el exsecretario de prensa de la Casa Blanca, para reirse de él.
Por supuesto que hay un riesgo de volver político un evento que se supone celebra la televisión. La transmisión televisiva de los Emmy (que en Uruguay se vio por TNT) han venido cayendo y hay un montón de espectadores que no quieren que Colbert o cualquiera de Hollywood los sermonee sobre el presidente.
Colbert inició la ceremonia cantando “El futuro siempre es más brillante en la televisión” con varios de los actores candidatos este año. Y ahí ya se ha escuchado la primera referencia a Trump, dicha por Julia Louis-Dreyfuss comosu personaje de presidenta en Veep: “Imaginen tener un presidente amado por nazis”.
Colbert dedicó una gran parte de su monólogo al presidente, declarando que el presidente fue la más grande historia de la televisión del último año. En un giro sorpresivo, Colbert invitó al escenario a Sean Spicer, el exsecretario de prensa de la Casa Blanca, para reirse de él.
Por supuesto que hay un riesgo de volver político un evento que se supone celebra la televisión. La transmisión televisiva de los Emmy (que en Uruguay se vio por TNT) han venido cayendo y hay un montón de espectadores que no quieren que Colbert o cualquiera de Hollywood los sermonee sobre el presidente.
Colbert inició la ceremonia cantando “El futuro siempre es más brillante en la televisión” con varios de los actores candidatos este año. Y ahí ya se ha escuchado la primera referencia a Trump, dicha por Julia Louis-Dreyfuss comosu personaje de presidenta en Veep: “Imaginen tener un presidente amado por nazis”.
PELEA
Campañas de marketing y estrategias para ganar
HBO fue la que se llevó más Emmy este año, por décimosexto año consecutivo, ganando en total 29; Netflix se hizo de 20.
El triunfo de HBO marca un año en que las cadenas de televisión llevaron la campaña de marketing de los Emmy a un nuevo nivel, gastando millones para vender sus programas antes que se supieran las nominaciones. Pero nadie fue más ostentoso que Netflix. El servicio de streaming abrió su propio espacio de 2.000 metros cuadrados para organizar fiestas diarias y enfrentar a los potenciales votantes y sus artistas con cenas gratis y canilla libre. La estrategia generó críticas de sus rivales por violar las normas que impiden la sospecha de comprar votos. Pero a pesar de eso, el servicio de streaming se fue con las manos vacías en cuanto a los grandes premios.
El triunfo de HBO marca un año en que las cadenas de televisión llevaron la campaña de marketing de los Emmy a un nuevo nivel, gastando millones para vender sus programas antes que se supieran las nominaciones. Pero nadie fue más ostentoso que Netflix. El servicio de streaming abrió su propio espacio de 2.000 metros cuadrados para organizar fiestas diarias y enfrentar a los potenciales votantes y sus artistas con cenas gratis y canilla libre. La estrategia generó críticas de sus rivales por violar las normas que impiden la sospecha de comprar votos. Pero a pesar de eso, el servicio de streaming se fue con las manos vacías en cuanto a los grandes premios.
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